X


[ Pobierz całość w formacie PDF ]

matar. ¿Y qué ganas, Bernal, qué pierdes si hablas o no hablas?
Cuestión de tiempos. Ganas si hablas a tiempo. Pierdes si
hablas a destiempo. Creo tener la solución. En un par de días te
lo comunico. PS. Es una indiscreción del asilo enviarte cuentas
e información a ti. En este asunto sólo debo aparecer, si es ne-
cesario, yo. Sobre ti no debe recaer ninguna sospecha.
33
105
CARLOS FUENTES La silla del águila
Nicolás Valdivia a María del Rosario Galván
Le agradezco su carta, señora. Y me pregunto si no ha lle-
gado la hora de mi recompensa. Mi amor por usted es manifies-
to. Usted me ha pedido ser digno, no de su amor, sino de su
misterio. ¿Conduce una cosa a la otra? A veces, usted me obli-
ga a preguntarme si en amor la separación une más que la pre-
sencia. Me consuelo pensando que el amor tiene tantas formas
y ofrece tantos desafíos como cada uno de los demás senti-
mientos verificables del mundo. Señora: Yo lo acepto todo de
usted menos la indiferencia. Pero acto seguido, me pregunto si
merezco ya mi premio: Tutearla.
34
María del Rosario Galván a Nicolás Valdivia
¿Quieres recompensa, mi impaciente galán? Pues aquí está
mi regalo. Bernal Herrera ha quedado muy impresionado con
tus hazañas. Cree, por lo demás, que es no sólo inútil sino peli-
groso que continúes trabajando en la oficina de Tácito de la
Canal. Habló con el señor Presidente. Has sido nombrado sub-
secretario de Gobernación, segundo de a bordo de Bernal
Herrera.
Te repito. Espera. Calcula. Y agradece.
35
Nicolás Valdivia a Jesús Ricardo Magón
Quiero decirte que las horas que le robo a la oficina para
platicar contigo son las mejores de mi día. Por fortuna, de tres
a seis la administración pública mexicana se paraliza. No hay
funcionario que se respete que no esté comiendo en un resto-
rán de lujo. En un privado, de ser posible. Siempre con el celu-
lar a la mano para contestar llamadas con ceño fruncido y gra-
ves asentimientos. ¡Qué manera de afirmar con la cabeza sin
romperse la nuca! Claro que ahora, sin telecomunicaciones, es-
to no es posible. Entonces, no falta el achichincle que se apare-
ce a avisar:
106
CARLOS FUENTES La silla del águila
 Señor licenciado, tiene usted un mensaje importante en la
puerta.
Claro que no hay mensajes. A lo sumo, el distinguido licen-
ciado cambia unas palabras con uno de nuestros eternos ven-
dedores de billetes de lotería ("como la sota moza, Patria mía,
en piso de metal, vives al día, de milagro, como la lotería':
apréndete de memoria a López Velarde, Jesús Ricardo, no te-
nemos los mexicanos guía más "impecable y diamantino')
apostados a las puertas de los comederos de moda.
Digo que no hay mensajes hoy, ni los hubo ayer. Las llama-
das vía celular eran un. teatro bien elaborado para darse ínfulas
de poder. Te digo por delante todo esto porque, como tú, no
guardo ilusiones sobre nuestra clase política. Plus fa change,
oui... Como tú, estoy harto de que hasta los barrenderos me
llamen "señor licenciado". Estoy hasta la coronilla de los "seño-
res licenciados" mexicanos. Me da risa que a Penélope, la se-
cretaria de mi oficina, los que llegan a ella la llaman, por falso
respeto y aturdida desproporción, "señora licenciada". Quisiera,
como tú, que todos se convirtieran en cervantinos "licenciados
Vidriera", no para traspasarlos con la mirada sino para hacer lo
que temía el ilustre abogadillo que se creía de vidrio: romperlos
en mil pedacitos.
Entonces, conociéndote, conociendo tus ideales, compar-
tiendo muchos de ellos, ¿por qué te invito a colaborar conmigo
en la oficina presidencial, en el mero corazón de la alcachofa?
No te lo digo otra vez de viva voz, porque cuando te invité
hace unas semanas me agrediste salvajemente, te me echaste
encima, me rodeaste el torso con tus brazos, me di cuenta de
tu brutal fuerza juvenil, de tu penetrante sudor de macho y te
tuve miedo, Jesús Ricardo. No sé si saberlo te halaga o te
alarma. No importa. Olí tu sudor juvenil. Me cegó tu melena de
rebelde adolescente. Y te dije:
 ¿Cuánto crees que dura la juventud? ¿Sabes que un viejo
de melena larga da risa y pena ajena? ¿No has visto a esos jipis
ancianos arrastrando su pobre rebeldía por los barrios de clase
media a donde fueron a naufragar, buscando un inexistente
San Francisco de los años sesenta, enredados en collares de
cuentas coloridas y empujando sus alpargatas viejas hasta el
supermercado?
107
CARLOS FUENTES La silla del águila
La Biblia debió añadir al Eclesiastés que no sólo hay tiempo
de nacer y tiempo de morir, sino tiempo de ser rebelde y tiem-
po de ser conservador... ¿Has leído Mi último suspiro de Luis
Buñuel? Te lo recomiendo. Allí ese grandísimo artista del cine 
uno de la docena mayor hace fe, como tú, de su anarquismo,
pero lo adopta como una maravillosa idea, inasimilable a la [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • soundsdb.keep.pl
  • Drogi uzytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczac Ci coraz lepsze uslugi. By moc to robic prosimy, abys wyrazil zgode na dopasowanie tresci marketingowych do Twoich zachowan w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam czesciowo finansowac rozwoj swiadczonych uslug.

    Pamietaj, ze dbamy o Twoja prywatnosc. Nie zwiekszamy zakresu naszych uprawnien bez Twojej zgody. Zadbamy rowniez o bezpieczenstwo Twoich danych. Wyrazona zgode mozesz cofnac w kazdej chwili.

     Tak, zgadzam sie na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerow w celu dopasowania tresci do moich potrzeb. Przeczytalem(am) Polityke prywatnosci. Rozumiem ja i akceptuje.

     Tak, zgadzam sie na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerow w celu personalizowania wyswietlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych tresci marketingowych. Przeczytalem(am) Polityke prywatnosci. Rozumiem ja i akceptuje.

    Wyrazenie powyzszych zgod jest dobrowolne i mozesz je w dowolnym momencie wycofac poprzez opcje: "Twoje zgody", dostepnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usuniecie "cookies" w swojej przegladarce dla powyzej strony, z tym, ze wycofanie zgody nie bedzie mialo wplywu na zgodnosc z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.